En 1984 se instala en Madrid comenzando su actividad artística en un taller de artes plásticas formado por pintores y ceramistas que intentan sobrevivir a la contracultura que impone la época: la underground o cultura alternativa, que sin duda trascenderá a sus primeras obras figurativas. Influenciado por Ceesepe, Baeza interpreta la figura urbana, en su primera exposición en la primavera de 1988. Con el tiempo sus cuadros empezarán a despoblarse de personajes y a iniciar la transición hacia la abstracción.
Regresa a Albacete en 1992 y continúa su actividad en solitario hasta que contacta con otros pintores y empieza a perfilarse la idea de formar un colectivo de artistas. Se constituye el Colectivo Cillero entre 1.996 y 1.997 siendo miembro fundador junto a Julio Segura y Carrilero Pérez. En el año 2000 presenta en Berlín y en la Facultad de Humanidades de Albacete la exposición Manzanas, una muestra llena de significados, donde los pocos elementos figurativos utilizados se entremezclan con la abstracción, conjugando representación e interpretación.
Presenta sus primeras obras abstractas en la galería Ármaga (León 2001) Desde entonces su pintura ha tenido presencia en numerosas ciudades españolas y europeas, participando en Ferias internacionales de Arte como artista de la Galería Gaudí. Tiene obra en numerosas colecciones públicas y privadas.
La llegada del 2007 supone la internacionalización del Colectivo Cillero, su europeización En el proyecto participan nueve artistas que bajo el titulo de ARS: nueve, suman sus ideas y expresiones para mostrar su compromiso con la cultura europea y todo lo que ella representa. Presenta en la Fundación Bancaja de Sagunto acrílicos inspirados en poemas del poeta madrileño Jesús Díaz Hernández, experiencia que repite en Madrid aplicando una dimensión más a sus pinturas: «La palabra».
El colectivo continúa creciendo y en 2014 lo componen catorce artistas de Francia, Holanda, Italia, Alemania, Portugal, Croacia y España. Conscientes de su capacidad para promover la reflexión profunda en torno a temas fundamentales abordan proyectos con temática social. Exposiciones como «Ciudades: el artista y su entrono», «De lo que llamamos paz» y «Horizontes de Silencio» les han llevado por múltiples ciudades europeas.
La necesidad de dotar de contenido su obra y de no permanecer ajeno a la realidad social, le ha llevado a trabajar en proyectos multidisciplinares en los que plasmar su compromiso como artista, lo que le lleva en 2016 a abandonar el Colectivo Cillero. En 2018 se constituye el colectivo De Facto del que es miembro fundador, un grupo abierto y multidisciplinar dentro del artivismo o arte social cuyo objetivo principal es generar propuestas de reflexión y denuncia.